Anoche brindamos por nosotros
tú levantaste la copa y yo acerqué la mía
hasta que se produjera el chin chin
que en realidad fue un chin sin más
y entonces supe de una vez por todas
que tú me regalabas el dolor y yo a tí el mío
que nada hasta el momento ha sido capaz
de quitarnos a ti el dolor y a mí, pues, el mío
y que la vida misma ha sido solo
un intercambio de dolores
desde que te conozco hasta la fecha
y que el dolor que tanto nos pesa
ha sido el único peso que hemos puesto
por eso nos queda bién todavía
toda la ropa que hemos comprado
a lo largo de nuestra vida en común
no como otras parejas
que acaban gordas con el paso del tiempo
no, nosotros no tenemos nada que ver
nosotros no somos como ellas
nosotros nos intercambiamos dolores
y lo hacemos bién.
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