Thursday, September 4, 2008

Me temo que Grecia no cabe en tu mochila.

Si son las siete aquí, serán las seis en España, y una hora menos en Canarias, donde aún el sol pega mucho mientras que aquí la luz es más bien suave, es decir ideal para sacar fotos de las sombras llenas de arena o del espejo agitado en la superficie de lo que se supone que es el Mare Nostrum, todas aquellas corrientes de aguas que viajan hacía el sur o hacia el norte, o viceversa, un día sí un día no, bajo un cielo repleto de astros que dentro de nada se reflejarán en la pantalla de mi portátil, y aquí, encima de la mesa de escribir hay mogollón de cosas que me distraen de lo quería escribir, entre otras cosas se halla un libro que si eres griego no te sirve nada y si eres español pero no estás aquí tampoco te sirve ya que se trata de una guía turística de Grecia, país que es recomendable conocerlo sin guías ni equipaje, según los indígenas, de hecho, la manera ideal de conocerlo sería no visitarlo nunca porque si ya has estado una vez querrás repetir, como cuando se te repite el pepino que es un fruto pulposo, cilíndrico, de seis a doce centímetros de largo y dos a cinco de grueso (malpensao, que es la definición de la RAE, respeto) y te sale un eructo tan natural, casi inevitable y, a pesar de estar rodeado de gente, no te cortas porque claro, no tienes porqué cortarte, al contrario, en esta y en cualquier otra vida hay que expresarse libremente, ¡hombre!, supongo que habrá quien te aguante o no, pero esto es lo de menos, lo importante es seguir natural, íntegro y sano, al igual que la leche de cabra - ¡que animal más bonito y que carne tan rica! – con la que se hace un montón de quesos que cuando van combinados con pa amb tomaquet, aceite de oliva y orégano, preferiblemente de los montes secos del sur de Creta, están riquísimos, δεν υπάρχει πιο θαυμάσιο φαγητό, ya verás como se te abre el apetito que luego no hay quien te lo cierre, ¡Zeus mio!, si llegas a ver lo que comes, parece que no va a caber más comida en tu estómago y, sin embargo, sí cabe, será tu metabolismo que a saber de donde viene esta palabra, es increible, todo cabe y todo cabrá, claro, este es tu motto, y con lo que te gustan los mottoes y las motos, ya me contarás, sería imposible vivir sin ella, la moto, la amistad, la mujer, la comida.

3 comments:

Anonymous said...

Seguramente Grecia no cabe en mi mochila... tienes razón... es demasiado grande, demasiado bella y hermosa... bueno, mejor dicho, nunca es demasiado... porque por algo son aquí las 8 y media de la pera de la Kalispera, y una menos en Canarias, y dos mas en Grecia, en Creta en el hermoso piélago del Mar Egeo. Un mar que cada vez que surco en barco me dan ganas de llorar de felicidad, en el que me siento vivo y el corazón me explota como una gran Karpussi roja y llena de agua.
Tienes razón... por eso, ya que cada vez creo que la vida no es una casualidad que nos ha tocado vivir sino una causalidad, por eso y por tantas y tantas cosas que tu sabes... he dejado un trozo de la tierra y el mar de los Mitos y los Astros en tu casa de Atenas, donde ahora seguro que suena un tema de un tal Patrick Watson, en estereo (y no por tu equipo de música, sino porque ahora está también cantando en mi piso de Barcelona) y llenando de recuerdos y una dulce melancolía en esta suave tarde... así cruza por ese Mare Nostrum un hilo que une lo que ya no se puede separar...
He dejado un libro que gracias a tí no necesito... una guía a tu lado se hace del todo innecesaria... pero aún así, mi insconciente o mi cabeza tonta (como la de los griegos) prefirió olvidarla para tener una excusa para volver... y así llenar mi mochila no solo de frappés, olivas, alcaparras y aceites dulces...
El sol se está poniendo y no dejo de poner esa canción una y otra vez, y no me canso porque todavía quedan bastantes lágrimas que me reconfortan la mezcla de felicidad que ha cabido en mi mochila y la dulce añoranza que siento esta pera de Kalispera.
Hoy me siento muy muy melancólico y felíz... Filiá y lágrimas...

soyunabroma said...

Au!

itelli said...

Cuando vivía en España, se estrenaba un anuncio de Danone en televisión, con una anciana griega diciendo:

Χρόνια κ χρόνια μας παίρναν τα μάρμαρα κ τα μνημεία μας. Τώρα θέλουν να πάρουν κ το γιαούρτι μας!

Cada vez que le dije a un español que soy Griego, todos responderñian con "Jróña ke Jróña..."

Desde entonces, sin embargo, mis amigos españoles sólo hablan de baloncesto...