... y en Barcelona hoy realmente llega, explota la primavera... La princesa de la leyenda, como cada año espera ser rescatada de las garras del Dragón por su enamorado Sant Jordi (que le regalará una rosa, fruto de la sangre del monstruo), por eso todos nos "echamos" a la calle a comprar libros y rosas, a juntarnos como hormiguitas trabajadoras (perezosas de hacerlo) en un hormiguero, bullicioso y chispeante de energía festiva, que se llama Las Ramblas, Plaza Catalunya, Paseo de Gracia, Rambla Catalunya...
Todo bien catalán...
Porque hoy es realmente el día Nacional de Catalunya (aunque no oficial), pero sí el de la gente...
Todo es muy catalán...
Como el rojo y amarillo que tiñe las calles de Barcelona, por las rosas, por el sol y por el color de nuestra bandera o por el "pa amb tomàquet".
Porque es el día que los catalanes se sienten más orgullosos de serlo. Porque es el día de los enamorados de Catalunya. Los chicos compran rosas a sus enamoradas (o a sus enamorados) y ellas (y ellos) les corresponden con la rosa. Salimos a comprar, a beber y comer a una terracita soleada y "pasamos el día" de fiesta, de paseo... La gente se escapa del trabajo (seremos muy catalanes, es decir con fama de muy currantes, pero en este día a nadie le apetece trabajar ¡y casi nadie lo hace!).
Porque huele a primavera, a calor, a sol de pre-verano... Porque vas a ver a tus amigos escritores que, como Joan de Déu, o Áfrika, firmarán libros en algún chiringuito callejero lleno de gente, de curiosos, de vendedores de rosas, de turistas despistados que se aprietan como anchoas, o boquerones, en una lata llamada Barcelona que se llena tanto, tanto, tanto que piensas que ya no cabrá nadie más...
Pero como dice la famosa frase de un sabio borracho: “¡CABRÁ!”
Por eso...
¡SOLO FALTAS TÚ!
Reproducción no autorizada de un texto de *D.
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