Saturday, November 21, 2009

No me toques

Al principio fue la palabra, pero no cualquier palabra sino la que intercambian los hombres cuando están enomorados entre sí, y por hombres se entiende las personas de sexo opuesto, no vaya a ser que haya malentendidos que no es el objetivo de este texto. ¿O, quizas sí? Pues vamos a provocar unos malentendidos metamodernos que es lo que a mí me gusta hacer.
Al principio fue la palabra amo, en realidad fue la frase yo te amo, y por pura, purísima equivocación, fue dirigida a Adán mientras se tendría que decirsela a Eva. Cuando Eva se creó, ya era demasiado tarde como para convercerle que Adán estaba enamorado de ella. Porque él pertenecía ya al otro, es decir al omnipresente, el sin nombre, el sin cara ni huesos, y, ¿porqué no? el sin corazón. Eva hizo todo lo que pudo, dentro de las facultades concedidas a ella, pero en vano. Adán no pensaba más que en su creador. Eva, de tanta decepción y soledad, se propúso al otro el siguiente juego: Yo le doy a Adán una naranja, o en caso de que sea alérgico a las naranjas, le doy un plátano, o en caso de que no haya plátanos esta época por cualquier razón, le doy una manzana, y que diablos, manzanas hay por todas partes y todo el mundo se las come. Entonces, si Adán se come la manzana, o si al menos la muerde para probarla, nos vamonos de ahí, y él se olvida de una pura vez de Ud que mire la de los líos que no ha metido.
El otro, el sin número de identificación fiscal ni patrocinado en registo civil alguno en todo el estado de dicha omnipresencia, estuvo de acuerdo. Total, qué más daba si Eva ganara la apuesta, barro no faltaba para volver a emprender el proceso de creacion y casi mejor que ganara, así el todopoderoso demostraría lo todopoderoso que era. Lógico.
Lo que pasa es que Eva no contaba con la presencia de la serpiente, es decir que no sabía qué se escondía extactamente debajo de esa camiseta diáfana, y sea por pura, purísima pureza o por pura, purísima sensillez, se creyó que la serpiente se había presentado para ayudarle con su plan.
Desgraciadamente, cuando Adán se comió la manzana - por cierto hace falta reconocer que le flipó el sabor de manzana en el paladar vírgen hasta entonces- la serpiente no hizo más que llamarla traidora, lo cual no tiene sentido si uno piensa que Eva ni siquiera habia probado dicha manzana todavía.
En fin que la serpiente se escondió en el arbol de la vida, mientras que Adán y Eva se vieron obligados a abandonar su hogar con prisas, antes de que el otro se diera cuenta del escándalo. Ahora queda por ver los pasos que dieron tanto el otro y la serpiente como Adán y Eva en cuanto a la formación de una vida común y saber si al final consiguieron intercambiar, entre sí, esta frase que tanto le cuesta soltar al mundo de hoy, hoy, sea por la mañana en la cama, justo después de levantarse para ir al curro o por la noche, justo antes de dormir después de haber estado todo el puro día currando.

No comments: